Fórmula 1: Gran Premio de Singapur

Rosberg calma a los Red Bull con Alonso y Sainz en Q3

Nico Rosberg se hizo con la pole en Singapur (Getty)
Nico Rosberg se hizo con la pole en Singapur (Getty)
Ignacio L. Albero

Los focos abrieron sus párpados para iluminar el primer asalto de un pelea de fin de semana entre Mercedes, Red Bull y Ferrari. Un hell in a cell, como un show de la WWE, donde sólo puede quedar uno en lo más alto del podio. De peleas secundarias, para el relleno de la hora, McLaren y Toro Rosso eran protagonistas. La entrada en la Q3 tenía que ser aquí para ellos de garito en Huertas, aunque quizá se les podía poner la cosa premium.

Fernando Alonso había evocado a la noche, esperando esas décimas extra para el momento donde se juegan las plazas de honor. Carlos y su Toro Rosso disfrutaban de un circuito donde el motor se adormece, dando un primerísimo primer plano a la aerodinámica… y a las manos del emisor de órdenes con el monoplaza. La Q1 comenzó con un Vettel en el límite: su barra estabilizadora dejaba su Ferrari en 3 ruedas… y fuera de la Q2. Eliminado. Le acompañarían Magnussen, Nasr, Palmer, Wehrlein y Esteban Ocon.

La Q2 arrancaba con las incógnitas de conocer realmente quién iba a resolver la ecuación de la siguiente ronda. Force India, McLaren, Haas y Toro Rosso se iban a dar de codazos por entrar en esa codiciada Q3. La pista era un tumulto de los becarios intentando encontrar una plaza en la zona de los indefinidos. Romain Grosjean visitaba las protecciones de la curva 10 mientras Fernando Alonso se colocaba en octava posición. Carlos Sainz, séptimo. Bottas, Massa, Button, Gutiérrez, Grosjean y Ericsson no mejoraban y se quedaban anclados entre el suelo y el cielo.

McLaren certificaba que jugar al escondite en Libres era algo que en la noche de Marina Bay podían permitirse. Fernando Alonso se había colado en una posición que apenas olió en los entrenamientos. Los trazados que se avecinan son una bendición para el complicado MP4-31, el predecesor del monoplaza que en 2017 debe colocarse en el podio habitualmente. Pero la pelea real por la codiciada pole estaba entre los Mercedes y los Red Bull. 

Nico Rosberg asestó un golpe definitivo en su primer intento para Lewis Hamilton y los Red Bull: pole incontestable para el alemán. Carlos Sainz sacaba la magia que asiduamente muestra cada sábado con un monoplaza que, cuando no hay motor, es un top 5. Fernando Alonso se ‘conformó’ con una novena posición que, quizá, sabe a poco. Los puntos se reparten el domingo en un circuito donde, dos de cada tres, nada es lo que parece.

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